Portugal -Parte III-
Oporto
Este post lo llenaré con fotografías. No hay mejor forma de describir la belleza de la ciudad histórica de Oporto (Porto, como dijesen los portugueses), ciudad ubicada al norte de Lisboa bordeada por el río Duoro, su historia, sus vinos, la decadencia de sus calles, quedaron refulgentes en nuestras pupilas y recogidas por esta Sony digital que me está otorgando unos cuadros hermosos. Éste es Oporto y Sintra, éste último un patrimonio mundial de la humanidad según la Unesco. Hay también por ahí unas perdidas que nos tomamos en el barrio de Belém de Lisboa, donde hacen los deliciosos pasteles de Belém. Un encanto de país.
Esta fue la primera iglesia que nos topamos en el camino rumbo al barrio de Santa Catarina, al centro de Oporto. Llena de azulejos azules, bellos cuadrados unidos para plasmar leyendas, retazos de historia urbana.
Esta es una estatua dedicada a Pedro I, quien según cuenta Edson, fue el primer emperador de la colonia brasileña.
Pasan las horas y aún no puedo sacarme de la mente estas calles. Recuerdan lo que algún momento fue la poderosa Portugal, llena de gloria, hoy sólo quedan corroidas paredes, balcones oxidados, pálidos colores y grises azulejos. Esta fotografía engloba la esencia de esta ciudad, Oporto, la punta de encuentro con el mar y el flujo comercial, su vida de realeza y lo exquisito de su estilo de vida.
Esta foto me encantó. Definitivamente, lo descuidado de la madera dentro de un marco desgastado me recordó a las viejas casas que están en el Centro Histórico de Guatemala, y ese contraste me hizo suponer que los portugueses tienen ese acercamiento a los latinos, se nota por su calidez, por su forma de ser y por su incondicionalidad en compartir con los extraños.
El río Duero (Duoro en portugués) con sus 897 km, es el tercer río más largo, después del Tajoy del Ebro y con sus 97 mil 290 kilómetros cuadrados, posee la mayor cuenca hidrográfica peninsular.
Este post lo llenaré con fotografías. No hay mejor forma de describir la belleza de la ciudad histórica de Oporto (Porto, como dijesen los portugueses), ciudad ubicada al norte de Lisboa bordeada por el río Duoro, su historia, sus vinos, la decadencia de sus calles, quedaron refulgentes en nuestras pupilas y recogidas por esta Sony digital que me está otorgando unos cuadros hermosos. Éste es Oporto y Sintra, éste último un patrimonio mundial de la humanidad según la Unesco. Hay también por ahí unas perdidas que nos tomamos en el barrio de Belém de Lisboa, donde hacen los deliciosos pasteles de Belém. Un encanto de país.
Esta fue la primera iglesia que nos topamos en el camino rumbo al barrio de Santa Catarina, al centro de Oporto. Llena de azulejos azules, bellos cuadrados unidos para plasmar leyendas, retazos de historia urbana.
Esta es una estatua dedicada a Pedro I, quien según cuenta Edson, fue el primer emperador de la colonia brasileña.
Pedro I de Brasil y Pedro IV de Portugal, proclamó a la colonia brasileña independiente de Portugal y se convirtió en su primer emperador. Ostentó el trono portugués durante un breve periodo de tiempo con el nombre de Pedro IV, apodado El Rey Soldado. Su nombre completo era fácil de recordar, al menos para un ágil de memoria, fue bautizado como Pedro de Alcântara Francisco António João Carlos Xavier de Paula Miguel Rafael Joaquim José Gonzaga Pascoal Cipriano Serafim de Bragança e Bourbon.
Pasan las horas y aún no puedo sacarme de la mente estas calles. Recuerdan lo que algún momento fue la poderosa Portugal, llena de gloria, hoy sólo quedan corroidas paredes, balcones oxidados, pálidos colores y grises azulejos. Esta fotografía engloba la esencia de esta ciudad, Oporto, la punta de encuentro con el mar y el flujo comercial, su vida de realeza y lo exquisito de su estilo de vida.
Esta foto me encantó. Definitivamente, lo descuidado de la madera dentro de un marco desgastado me recordó a las viejas casas que están en el Centro Histórico de Guatemala, y ese contraste me hizo suponer que los portugueses tienen ese acercamiento a los latinos, se nota por su calidez, por su forma de ser y por su incondicionalidad en compartir con los extraños.
El río Duero (Duoro en portugués) con sus 897 km, es el tercer río más largo, después del Tajoy del Ebro y con sus 97 mil 290 kilómetros cuadrados, posee la mayor cuenca hidrográfica peninsular.
Esta gaviota papaloteaba cerca del pueblo que está ubicado frente a Oporto, la rebelde Vila Nova de Gaia, no había otra forma de plasmar su libertad al pasar por las bodegas de vino que albergan en la ciudad.
Bueno acá estoy con el compañero Mario Duque de Colombia, con quien comparto piso y las aventuras de viaje.
Comentarios