Dios abandonó a Guatemala
Sí, entiendo que tendría que hablar sobre Madrid, España y sobre las cosas que visualizo y experimento en este viaje. Vacacionar un poco de la realidad de mí país. Pero, bueno, es difícil apartar la mirada sin recelo, más cuando, lejos, observo las noticias desalentadoras que nos sumergen, aún más, en el pozo en el que nos encontramos. En "el agujero" que dejé hace un mes (que ha carcomido nuestros cimientos por décadas). No comparto los discursos nacionalistas que utilizan los políticos y seudolíderes al afirmar que "vamos por buen camino", cuando en los hogares guatemaltecos los periódicos escupen informaciones tan lamentables que replican en la opinión, muchas veces morbosa, lejos de nuestras fronteras. Duele. Se siente en los huesos la impotencia al ver el nido de desconsuelo en el que se ha convertido nuestra morada. Cuando hablo con colegas y me muestran su pavor al tener que despertarse y encontrarse con que han asesinado, con protección de la PNC, a tres diputados regionales junto al conductor del vehículo donde viajaban. No es todo, y como si fuese una novela al estilo Stephen King, resulta que capturan a los victimarios y para proteger a quién sabe quién, los ultiman en prisión. Pero, eso es sólo el inicio de la trama que ha consternado al mundo, pues en un país, geográficamente pequeño, el centro de América y con una belleza peculiar, se vinculen a las autoridades policiales, como responsables del crimen. ¡Por Dios! Hoy veo que el subdirector de la PNC huye, de una forma diplomática, a Costa Rica, para ocultar informaciones que podrían esclarecer el caso. Duele, y es que duele saber que la paz ha sido perforada por las balas, por la deshumanización que provoca la ambición y el desconcierto social. Por momentos quisiera cerrar los ojos y abstraerme de la realidad o encontrar la cura mágica que devuelva la tranquilidad franqueada por nuestros abuelos, nuestros visionarios. Pero no, el estar casado con el periodismo hace imposible eso. Ya no sé qué es peor, ¿si haber nacido en los tiempos de los años sucios cuando fueron cortadas las cabezas prometedoras del país en una guerra de 30 años o crecer sorteando las balas y el hambre protegidos por un Estado que no se protege ni a sí mismo? Quién sabe. Ahora entiendo que Gabriel García Márquez solamente tuvo que dejar correr su imaginación para darle vida a ese realismo mágico que cautivó al mundo, y que hoy basta con sólo abrir la ventana de nuestra casa y ver, con los ojos mojados, la realidad que nos han regalado. Esto sorprendería hasta la misma Alicia, quien prefería mejor quedarse viviendo en Las Maravillas.
Comentarios
Así estan nuestros pueblos latinoamericanos... en la etapa en que somos niños y nos ensuciamos, y nos golpeamos con otros chicos porque no sabemos NADA.
La única diferencia es que a este niño que es Latinoamérica se le ha robado la inocencia, y ahora solo le queda la opción de madurar.
Fuerza compañero que nos quedan largos años de lucha para que nuestros hijos tengan alguna esperanza. Mientras tanto, yo que no soy de tu país te digo que esa tierra te necesita y te necesita FUERTE.
Un saludo hasta el viejo mundo.
Luis Santamaría
No te digo que te desentendás de Guatemala, supongo que eso no lo podrías hacer, pero lo que ellos te dicen es como diría Humberto Eco, “sólo una realidad posible”, que no es toda la verdad, ni toda la mentira…
Hay infinidad de cosas, situaciones y personas que hacen que podamos sobrevivir cada día, y vos lo sabés perfectamente, hay buenos instantes que celebrar, no sólo una sino infinidad de veces.
No pude evitar escribirte porque percibo en tu texto mucha desesperación y frustración por no poder hacer que las cosas cambien. Pero recordá que no podemos cambiar el mundo de un tajo, ni siquiera nuestro mundo (tu mundo); pero de a poco se camina, y aunque parezca apenas una utopía el mundo menos injusto, como dice Galeano “Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.
Vos decís “Dios abandonó a Guatemala”, y sé que no lo usaste para decir literalmente que lo crees, pero yo te respondería entonces, “bueno, entonces no la olvidemos nosotros”.
Ha echarle ganas Eswincito, estar lejos le hace tener una mejor perspectiva. Creo que no hay que desesperanzarnos.