¡Qué susto!

No hay que ser. Las palabras suelen ser muy peligrosas cuando no se utilizan correctamente. Ayer, a las 22:40, mientras preparaba una presentación acerca de Guatemala, suena mi teléfono, veo que es del extranjero, llamo para corroborar quien me ha llamado. En efecto, el código correspondía y se trataba de un amigo alertándome que un "terremoto" había ocurrido hacía diez minutos. Con el tiempo la información circulaba por internet y la cadena CNN alertaba de una magnitud de 6.3 grados en la escala de Richter. Las ventanas del messenger interrumpían mi trabajo advirtiéndome de lo peor.
Mientras en Guatemala los aguaceros no menguaban la intranquilidad se apoderaba de mi espacio. Es increíble lo impotente que se siente uno en esos casos. Más cuando el sobresalto de la palabra "terremoto" genera una incertidumbre de lo peor. Las imágenes de tu familia, tus amigos, tu pareja, tus vecinos, tus enemigos, tus compañeros, rebotan de un lado a otro como supongo lo hicieron por el temblor.
Al final, el susto redujo su intensidad. En efecto las placas tectónicas se movieron y provocaron un fuerte sismo con una magnitud de 5.4 grados, no era considerado un "terremoto" y el sobresalto llegó a cero al enterarme que los daños fueron mínimos, la familia estaba bien y que se trataba de una mal utilizada palabra.
Es que en un país asentado sobre fallas sísmicas y que son frecuentes los acoplamientos de las placas (ayer fueron las de Cocos y del Caribe) provocan temblores, algunos leves otros de mayor intensidad. La utilización de lo términos adecuados debe ser meticulosa, más cuando uno habita fueron del país. Los primeros canales informativos que revientan la noticia son la internet y CNN, para los residentes en Estados Unidos, sobretodo, y al percatarse que existe un movimiento de esa naturaleza no queda más que llamar al país para saber de los tuyos. Según me contaron hubo un colapso de las líneas telefónicas por la gran cantidad de llamadas que siguieron al temblor.
Es cierto que las palabras "terremoto" y "sismo" tienen significados semánticamente parecidos, en la jerga de quienes vivimos en un país con constante actividad telúrica la reacción es distinta cuando se utiliza una y la otra palabra.
Estados Unidos denominó "terremoto" al evento, basándose en datos de la oficina del Servicio Geológico de ese país. Según el director del INSIVUMEH de Guatemala, Edy Sánchez, cuando el sismógrafo reporta un temblor superior a los 2,4 grados se utiliza la palabra "earthquake" lo cual sirvió para ser utilizada en los cables noticiosos en el extranjero.
Pero sea una u otra las excusas, lo cierto es que el sismo hizo que le temblaran de pánico las piernas de quienes vivimos fuera del país. ¡Que susto!
Foto tomada de El Heraldo de Honduras

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