París -I parte-
Ese enorme objeto fálico es de los más visitados del mundo. Un reporte reciente aproximaba la cifra de visitas, hasta hace tres años, a 500 millones de turistas. Es un poco aventurado decir que esa cifra correponde a la realidad, tomando en cuenta que tiene más de cien años de vida.
Este monstruo de acero, fue en su momento símbolo indestructible de la Francia de oro. Comenzó a edificarse en 1887 y participaron cerca de 200 trabajadores en el proceso de ensamble de las 18 mil piezas de hierro. La verdadera madre de nuestra Torre del Reformador de Guatemala. Solo que a diferencia de esta, la Torre del Reformador fue construída y ensamblada en los Estados Unidos e instalada en la 7 avenida de la zona 9 un 19 de julio de 1935, y se colocó esta coqueta estructura metálica de 75 metros de alto a 9 mil kilómetros de su similar.Pero bueno, más allá de su tamaño y la historia, creo que la Tour Eiffel es símbolo del progreso de la humanidad y sus ansias de tocar el cielo, no por nada está nominada a constituirse entre las 7 Nuevas Maravillas del Mundo Moderno, compitiendo con Machu Pichu, Chichén Itzá, la Estatua de la Libertad, la Alhambra, la Acrópolis, el Cristo Redentor de Brasil y la Gran Muralla china, entre otros.
Como estábamos un poco cansados del viaje y de la desvelada para esperar el vuelo, nos dispusimos a descansar un rato en los campos de Le Champ de Mars y luego seguir con el recorrido en la ciudad.
Está ubicado en extremo de los Champs-Élysées. Sin nunguna duda es el Arco del Triunfo más famoso del mundo. Visto en películas, en elecciones presidenciales -la más reciente donde ganó el ultraconservador Nicolás Sarkozy-, y está ubicado en la Place de l'Étoile.
Es uno de los monumentos más emblemáticos. Su idea de edificación viene de una famosa expresión nacionalista de Napoleón Bonaparte, cuando le prometió a sus hombres que combatían en la batalla de Austerlitz: ""Volveréis a casa bajo arcos triunfales". Posee un diseño basado en estructuras romanas atribuído a Chalgrin. Como no llevaba carné de prensa -o tarjeta de la impunidad- no pude subir gratis a la cima de los 49 metros que la separan del suelo, solo me limité a admirar las estatuas que están formadas en cada uno de sus lados.
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