Efecto gasolina


En una de las salas de proyección habilitadas en el Festival de San Sebastián, decenas de ojos críticos contemplaron la Guatemala según Julio Hernández. Ahí estaba, con las manos temblorosas y sin cruzar mirada con nadie, el cineasta guatemalteco presentó su ópera prima basada en una realidad que no escapa de su propia honestidad.


Sin duda alguna, el premio obtenido por la cinta guatemalteca "Gasolina" el sábado pasado es un buen paso en el lento andar del séptimo arte guatemalteco, que por más que sus realizadores expongan sus proyectos no hay modo que se les brinden los recursos necesarios para hacer lo que Julio Hernández demostró, con sus propios medios.

La cinta se presentará en no menos de mil salas en Europa. Vendrá al país a finales de octubre, y según el cineasta, esa será otra prueba de fuego. No extrañaría, por ejemplo, que la receptividad varíe a la obtenida en España. Algunos, quizá el auditorio guatemalteco no se sentirá reflejado en la película o le será muy difícil asimilar lo que Julio Hernández quiso transmitir.

Pero, no es nada extraño, ahora mismo se levantará un efecto "Gasolina" y habrá Julio Hernández para rato. Será invitado a participar en foros, los cazadores de piratería estarán tras una copia y socializarla, en las filas gubernamentales se estará preparando un homenaje por el premio alcanzado. El Ministerio de Cultura le dará reconocimientos y resaca tras resaca. Bueno, sería lo menos que pudieran hacer o, quizá no importa tanto, algo menos que la fiebre carlospeñamanía de la que ya nadie habla. O ni se recuerda.

El punto, al fin y al cabo, es el balsámico que el filme galardonado dará a las artes locales. Pues, en una sociedad como la nuestra, "pequeña" -uno de los calificativos recurrentes-, no cae nada mal que personas logren cosas "grandes". Y es que hay por ahí, pululando, gente que a paso seguro y sin aspaviento, dándole vida a sus sueños. A pesar de lo difícil que es hacerlo en este país. En donde a no muy pocos les gana la desesperación y la impotencia de cambiar las cosas.

Por lo pronto Julio ha decidido dejar florecer su creatividad para un nuevo guión y hacerlo parir en tierras españolas. Ni hablar. Lo que ya tiene en mente deberá ser algo muy bueno, ya lo han vaticinado, y además, ahora que se ha codeado con renombrados cineastas del mundo, ya se espera mucho de él. O de nosotros. O de Guatemala.
FOTO: FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

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