Ojalá cumplan lo que han predicado

"Si podemos formularnos la pregunta: ¿soy o no responsable de mis actos?, significa que sí lo somos"
Fiódor Dostoievski


Ya la parte más fácil la ha conseguido -después de ocho años de intentarlo-: Tomar las riendas de un país sumido en una convulsión social derivada de administraciones deficientes. El desafío de convocar a las personas idóneas para conformar un equipo íntegro en cada dependencia, según las propias palabras del ahora mandatario, está programado. Así, están depurando los nombres de quienes asumirán el relevo de las carteras, secretarías, comisionados y cuanta institución forma parte del aparato estatal.


Es curioso, rayando en lo lúdico, ver y escuchar los mensajes de campaña, pues todos se aprestan a descifrar las fórmulas para levantarle vuelo al país. Para todo tienen una respuesta. Sin embargo, a partir de ayer, la realidad es otra para el ganador, pues tendrá que empezar a darle forma a todas las promesas que hizo durante los meses de campaña proselitista.

Y es que ahora tiene el beneficio de la duda, no sólo de quienes al final le otorgaron el voto, sino también de la oposición y hasta de quienes se abstuvieron en participar ?acá haré un leve paréntesis al señalar que la abstención, más allá de una manifestación de rechazo se interpreta como un perfil sociológico de indiferencia al proceso, y a falta de estudios post electorales de mayor precisión, la abstención puede explicarse como resultado del desconocimiento de los candidatos y la apatía ante el elevado grado de confrontación y señalamientos que imperaron en la recta final de la contienda, la previsibilidad del resultado y contoneo de unas encuestas que al final no incidieron en el voto; las actitudes políticas; y las presiones cruzadas y mensajes contradictorios recibidas por los electores?. Pues decía, el ahora mandatario electo tiene el beneficio de la duda y con esa prédica del combate "inteligente" al narcotráfico, crimen organizado y la delincuencia común será la primer prueba para mantenerse con popularidad y con buenos ánimos para continuar su gestión, si falla, lo veremos nuevamente saliendo tropezando por la puerta del Palacio Nacional cediendo el cargo al ahora opositor que guardará su "mano dura" para ejercer presión desde otros escenarios, ya sea desde la catapulta partidaria o desde el Legislativo con sus artífices reelectos en su curul.

A todo ello, lo que más esperamos, nosotros como periodistas, es una apertura informativa y un libre acceso a las fuentes, pues no puede generarse un desarrollo efectivo de una gestión sin que haya espacio a la crítica y la fiscalización que realizan por excelencia los medios de comunicación.

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