Más que periodistas
En mi breve camino sentado frente a una computadora y andando tras historias y estrofas de vida cotidiana, me he topado con charlatanes que sacan de este lindo oficio un tajo para su matate que más allá de construir un periodismo sólido lo desconfigura y crea estereotipos que dañan el trabajo de muchos otros que hacen de la libreta un verdadero orgullo. Pero no me detendré a llenar este espacio enumerando las consecuencias que generan este tipo de personas que se convierten en el cáncer que termina de enfermar el entorno de los buenos periodistas. Más bien pretendo hacer un homenaje casi inexistente del trabajo de los colegas que sobreviven en este medio guatemalteco, que no está de más decirlo, no se salva de los grandes males de toda la región. Guatemala, caso particular, hubo viejos colegas que fueron silenciados física y moralmente. La historia tiene en sus páginas nombres de valientes reporteros que con su trabajo aportaron un ladrillo en este muro inconstruible de la democracia.