Entradas

Mostrando las entradas de mayo, 2008

En la chatarra que nos movemos

Imagen
El transporte en Guatemala es un caso excepcional. Es un reflejo claro de cómo estamos como país. Si se tomase el tiempo para entrevistar a cada uno de los usuarios, sin duda, ninguno respondería en favor del sistema de transporte. ¿Y por qué? Por la simple razón que es un sistema que ya no funciona. Ha colapsado. Basta tan sólo con reenumerar los principales problemas que padece el régimen que se hace cargo de un servicio tan esencial para el guatemalteco. -Alzas constantes en la tarifa: Desde el momento que se otorgaron las concesiones a las empresas que hoy controlan el monstruo de rojo, el precio de los boletos es la amenaza constante para doblegar al usuario y al mismo Estado. - Contaminación ambiental: Gracias a esas unidades que caminan sólo porque la gasolina es milagrosa, todas paredes del país -y el Centro Histórico, sobretodo-- es un manto negro provocado por el humo de las camionetas. - Deterioro de las unidades: Los usuarios abordan unidades, no sin antes elevar una plega

Se perdió la pasión

Sentados en uno de los banquillos azules del Mateo Flores. El niño recriminaba a su padre el porqué lo había llevado a ver un partido de fútbol en donde su equipo perdería. Hubo momentos, claro en que la adrenalina se apoderó de los que se animaron a pagar su entrada para ver a sus jugadores. Pero, la escena del padre e hijo era el claro ejemplo de cómo la pasión ha mermado en las canchas guatemaltecas. La final del fútbol guatemalteco no tuvo mayores sorpresas. Sin embargo, hay algo que me ha llamado la atención en cada uno de los encuentros futbolísticos que me he permitido ver por la tevé. Se han limitado a enfocar los graderíos, porque claro, y en el caso de la Gran Final, la presencia de la hinchada era sumamente preocupante. El aficionado poco a poco ha perdido pasión por éste deporte en Guatemala. Y la culpa la tienen quienes han hecho de esta pasión, un negocio de millones provocando que el amor por la camiseta se haya perdido. Alguien me contaba, que en los tiempos románticos

Se rompió la piñata

Imagen
Circulaba el otro día en las instalaciones del Hospital General San Juan de Dios una efigie de papel con forma y porte del presidente del país. Las manifestaciones de descontento y desesperación de la población en cuanto al disparado aumento del costo de la vida llegó al hospital con esta peculiar forma de protesta. La piñata portaba carteles en los que se podía leer: "Dónde están las promesas de campaña", "No más alza al transporte urbano y extraurbano", entre otros, donde además se pedía un reajuste salarial para los trabajadores del sector salud. Quién sabe cuál sería la intención de la piñata. De pronto los sindicalistas del nosocomio pretendían ejemplificar a un "gobierno de papel" o probablemente simbolizar que las promesas quedan en un documento de papel. Por ejemplo, esas promesas de mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos más pobres y "desamparados", cuando son éstos quienes más han resentido la subida de la inflación y la e

Hacerse escuchar

Imagen
Las manifestaciones han sido la manera, más o menos democrática, que tiene la población para plasmar su inconformidad. Efectiva o no. Al final de cuentas, se constituyen en la catarsis colectiva ante la opresión de un sistema, que si de algo carece es de justicia. Se ha demostrado –o al menos, así se encuentra en los periódicos—que las vías del diálogo no han solucionado mayores cosas en el país. La estrategia de disolver las revueltas populares con las llamadas mesas de negociación han quedado únicamente en eso: meras intenciones de soluciones compartidas. Así, las vías de hacer valer el sentimiento de descontento, añejado con el desconsuelo, se reducen a salir a las calles, aunque eso conlleve lastimar el derecho de locomoción de los demás guatemaltecos que padecen la crisis con grados más o menos tolerables. Pero de eso se trata la protesta, generar molestia para hacerse escuchar. A todo esto, y lo digo a propósito de la disolución de la protesta en Fraijanes utilizando la fuerza

¿Quién podrá defendernos?

Imagen
Las multitudinarias manifestaciones alrededor del mundo el pasado Primero de Mayo hicieron recordar quiénes son los más afectados cuando la vida se pone más cara. Guatemala no fue la excepción. Millares de trabajadores, con pancartas incluidas, hicieron ver sus demandas en su reivindicación como miembros de un sector explotado. Los trabajadores exigieron empleo y un sueldo justo. Fueron exigencias pertinentes en tiempos donde las vacas se han puesto raquíticas. Los guatemaltecos de a pie han tenido que ver desilusionados cómo el precio de los productos de su canasta básica se vuelven inalcanzables. El poder adquisitivo ha perdido valor. Por ejemplo, con un quetzal no hace mucho tiempo se compraban cinco panes, y hoy por hoy, se reciben tres, y de tamaños ridículos. Con la excusa de los precios internacionales del petróleo, los combustibles en las gasolineras han dejado atrás la barrera de los treinta quetzales. Para los últimos días de abril, el galón de gasolina superior registró