cotidiano

Las historias de los inmigrantes llegan, se imprimen, circulan y muchas veces no se perciben con la seriedad del caso. Tiene que ocurrirle a uno para entender el sentimiento de frustración y de humillación al ser perseguido y visto como un delincuente, un intruso que usurpa tierras ajenas, decorolando los trazos de pureza en el país "invadido". Cuando ingresé a Madrid, me detuvieron dos veces en el Aeropuerto de Barajas unos policías migratorios, y con prepotencia me exigieron los documentos preguntándome de dónde venía y a qué viajaba a España. Dudaron de mis respuestas, sin embargo, los papeles decían todo: “Otro latino más”. Obvié en su momento esas palabras, quería evitar cualquier mal momento que afectase mi estancia y el trabajo que tenía por delante, lo comenté nomás con los compañeros en forma de broma y anécdota leve de viaje, sin imaginarme que tenía que enfrentarme reiterativamente a experiencias similares. El fin de semana pasado, cuando disponíamos a abordar el t

Hola compañeros y compañeras. Al final de dos semanas, al fin me integré a una sala de redacción. Resulta que ya no laboraré para el pasquín sensacionalista Qué! como se había pactado desde el inicio. Me dejó la sensación que hubiese aprendido algo interesante sobre el fenómeno de los periódicos gratuitos que son consumidos todos los días, sobretodo en los metros y autobuses. En fin, ingresé a la redacción de la Revista Época, una publicación semanal con tendencia de derechas, pero abierta a temáticas diversar como política internacional, sociedad, cultura, etcétera. Su plato fuerte es la política nacional y su crítica al partido de gobierno, pero por la experiencia de los periodistas que trabajan en la revista es difícil que se me vaya a asignar un trabajo de fuerte calibre, más bien supongo que elaboraré reportes internacionales o trabajos más metropolitanos. Me emociona, pues es una experiencia totalmente distinta, dado que he estado inmerso en los periódicos de noticias diarias, so

En alguna ocasión un europeo se sorprendió de la cantidad de huelepegas y mendigos que pululan por las calles de Guatemala. Dijo, con sorpresa, que eran cosas del Tercer Mundo. Bueno, para que vean que "hasta" en las grandes civilizaciones el ocio se convierte en excusa para conseguir plata fácil. Cerca de Callao, en el centro de Madrid, encontramos a dos simpáticos merolicos sentados en una esquina rascándose la cabeza con un cabello que no ha sentido el agua desde hace buen tiempo. Estos vagabundos, se autodenominan Lazy Beggers (más o menos Vagos Vagabundos)y colocan pedazos de cartón con las leyendas: "para cerveza", "para vino", "para wiskey", etcétera. Al verles por la sorpresa que causan, justifican su súplica con un detonante "al menos sinceros". Han servido de ejemplo para otras culturas fomentando el ocio por dinero y en su página web (sí, tienen sitio en el internet) llamado www.lazybeggers.com se puede conocer más sobre ello

Todo empezó con un chocolate suizo en un popular café ubicado en el Paseo de Ginés, la chocolatería de hecho se llama Ginés. Jamás había probado un chocolate que más bien parecía pudín. Los españoles suelen consumir este elixir centroamericano con churros y con cuchara. Bueno, Jorge (Ecuador) y Helen (Venezuela), quisieron darle un toque latino al consumo del chocolate y su creatividad sugestiva se manifiesta en la fotografía; en el otro cuadro me acompaña Laura de México en una amena conversación al pie del chocolate. No he llegado aún a las tardes en las playas, pero he de confesar que los atardeceres en la capital española me han seducido. La cámara está pendiente de captar un cuadro cuyo plano esté dominado por los matices que el cielo otorga a los cosmopolitas que atiborran las calles de Madrid. La fotografía es de una de las calles de Sol, cuando quisimos aprovechar el domingo para caminar. Era imposible imaginar transitar por la tierra de Cervantes sin captar imágenes del ingen

Nuestra primera salida fuera de Madrid. Fuimos once de los veinte balboas. El tour fue organizado por Rocío de Perú, al centro de la foto. Risueños todos, quisimos aplacar un leve cansancio generado en el viaje en metro hacia la histórica ciudad de Segovia, ubicada en la parte meridional de la comunidad autónoma de Castilla y León, entre los ríos Eresma y Clamores al pie de la sierra de Guadarrama. El acueducto romano de la ciudad segoviana es un manifiesto a la ingeniería civil de los romanos. Obra arquitectónica que se ha preservado por siglos, su valor arqueológico está ceñido en cada textura de sus ladrillos apilados perfectamente dibujando un puente lineal admirado por los visitantes. Esta fotografía fue tomada desde la torre del Castillo de Alcázar, al fondo se observa la Catedral de Segovia, construída en al menos doscientos años. Su imponencia se manifiesta con cada retazo, cada esquina, cada ladrillo colocado hasta las cúpulas que encierran un monumento vivo de la histórica c

Los días de turista en Madrid me han llevado a recorrer parajes sorprendentes. Uno de ellos en el Parque del Buen Retiro, considerado por algunos como uno de los pulmones botánicos que alimentan con oxigeno a la capital española. No es para menos, sus jardines, veredas y esculturas le dan una singularidad al parque. Monumento a Alfonso XII, diseñado por José Grasses y Riera. Este monumento es de las principales atracciones del parque. Se encuentra rodeado de un estanque donde los turistas o visitantes pueden pasar sus ratos de enamorados rodeando sus bordes. Las esculturas del parque merecieron mi sorpresa, pero esta llamó mi atención en especial y es que El Ángel Caído, el nombre que recibe una de las fuentes ubicadas en el Parque del Buen Retiro es la única estatua en el mundo dedicada al diablo, fue erigida en 1874 como una iniciativa del duque Fernán Núñez. Según leí, el excéntrico duque hizo oídos sordos a las manifestaciones en contra de su iniciativa de levantar una obra en hono

David, de México, tuvo complicaciones en la residencia donde posiblemente alquile y para calmar las aguas decidió pasar un par de noches en el piso donde vivimos. Para quedar bien preparó unos tacos buenísimos saciando el hambre de los "Cuatro de Arganzuela-Planetario". En la foto aparece, sonriente, David, Jorge y yo al centro, en plena faena frente a la estufa. Este día, coincidiendo con la llegada temporal de David, recibimos la visita de dos comapañeras, Luz Jenny de Colombia y Maru. La fotografía fue tomada por Edson en la sala del piso. Quien viera la foto, dijera "ay, que trabajadores los tipos", pero bueno, confesémonos, estabamos en pleno relax, revisando correos electrónicos. Yo reviso la internet en la nueva adquisición de Edson, una MacBook de paquete.

La tarde era linda para caminar. Cientos de personas dedican su tiempo para hacerla de turistas y con mapas y guías en mano buscan lugares románticos, aprovechando la víspera del mercantilizado Día de San Valentín. Como aún tenemos un poco de tiempo libre, decidimos salir caminar y hacerla de turistas. Oscar (no aparece en la foto), Maru, Pedro Pablo a un costado del Palacio Real.

Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. (escrito por Neruda hace quinitantos años) Esta noche El sol se esconde detrás de los potentes edificios. Esta noche. La tonalidad del cielo me recuerda tus ojos, esa mirada tuya que traje en mi equipaje y me arropa cada noche. Esta noche, mi primera noche. Noche menos, una noche más. Me detengo, contemplo esas pupilas que lanzan fuego. Absorto siento tu calor foráneo que llega hasta mi ventana y lo devoro. Me devora, esta noche. Que fuera esta la última noche. La fotografía muestra el borde del atardecer visto desde la ventana de mi habitación.

Madrid es una ciudad enorme, conectada por una red de metro estricta con el tiempo, además del sistema de buses y rutas que si bien es extensa, no deja de ser fácil para descifrar los caminos adecuados para llegar al destino. Un amigo me comentaba que si uno se siente perdido basta con sólo ubicar una estación de metro o de buses para llegar a donde se quiera. Pero, aunado a ello, la cultura ciudadana es de aplaudir, por lo menos es difícil (por no decir imposible) ver que los pilotos automovilistas se detengan en el paso de cebra para permitirle al peatón cruzar la calle sin el miedo de ser atropellado.

A partir de hoy, nos toca instalarnos e ir a las entrevistas programadas con nuestros nuevos jefes en los periódicos asignados por el director del programa. Edson, Eswin, Maru y Olmedo. Al fondo se observa parte del edificio de pisos donde estaremos viviendo. Mario no podía ocultar la fatiga. Recorrer en metro con más de noventa kilos en maletas fue un verdadero sacrificio. De acuerdo con Jorge, el ecuatoriano, el pobre Mario estaba sacado la puta, que significa cansado.

Se acabó la vida buena y nos toca la dura realidad. Con todo el equipaje en mano, más bien en suelo, nos dirigimos al piso que rentaremos para los próximos seis meses. Olmedo (Nicaragua), Maru, Zé Edson y yo con las maletas rumbo a tomar el metro y partir hacia el sur de Madrid. Zé Edson cuidando las maletas, no vaya a ser que un pobre español quiera un equipaje brasileño. Por fin la llegada al piso, la dirección es Calle Párroco Eusebio Cuenca 62 5° 2. Maru y yo, cansados, subimos las maletas al quinto nivel del edificio.

El día en que nos dijeron en qué medio de comunicación trabajaríamos, quisimos salir a celebrar en grupo, lamentablemente, no pudimos reunir a todos, sin embargo, después de caminar por los barrios de Chueca y Malasaña, Erica, David, Jorge y yo, encontramos a un ameno y divertido grupo de españoles que la pasaban de lo lindo, bailando con música de clarinetes, tambores y castañuelas. Bailamos en plena calle junto a los anfitriones. Aires nos dijo los medios donde estaremos trabajando. Erica estará en el semanario Época, David en un semanario también que se llama Tiempo de Hoy, Jorge en El Mundo y yo en Qué!.

Desde los primeros días nos dimos a la tarea diaria de buscar piso o apartamento para rentar y vivir durante los próximos seis meses. Con el periódico de clasificados, Segundamano, recorrimos algunos barrios al estilo Belén y las posadas de la Natividad, tocando puertas para dar con un techo marca Triple B (Bueno, Bonito y Barato). En la foto estamos Erica (Brasil), Jorge (Ecuador), Laura (México), Maru (Uruguay), yo y Pedro Pablo (Venezuela) posando frente a la sede de la Comunidad de Madrid. Cuando comencé a decepcionarme y a sentir nostalgia por no encontrar algo de mi país en esta ciudad y más cuando los demás colegas podían acercarse a sus tierras a través de antros, restoranes, locutorios, etcétera, aparece en plena Puerta del Sol, a un costado de la Plaza Mayor un pequeño local en cuyo círculo aparcaba el quetzal. Confieso no ser nacionalista, pero el hecho de ver el verde y rojo del ave me consoló y sirvió de pomada a mi espíritu. El nombre no era nada agradable, la tienda de

Bueno, iniciaré con mis crónicas de viaje. No está de más la excusa para iniciar, pues estar compartiendo con diecinueve periodistas latinoamericanos en una ciudad tan enorme como Madrid, es la escapada perfecta para conocer nuevas costumbres, culturas y formas de hacer periodismo. No había podido iniciar con los apuntes en el blog, primero porque la adaptación ha tenido su proceso lento, entre entrar en confianza con el nuevo ambiente, ajustar el reloj biológico, buscar el piso donde vivir los próximos seis meses y conocer a cada compañero, la experiencia se ha convertido en toda una aventura. Aclararé primero de qué se trata el asunto. Fui seleccionado para convivir con 19 periodistas menores de 30 años provenientes de 15 países de América Latina, quienes fuimos reclutados por el Programa Balboa (de ahí que cada participante adopta el mote de balboa) para experimentar formas de hacer periodismo en España, de acuerdo al perfil y el trabajo que realizamos en nuestros países. Caí en Mad